miércoles, 27 de agosto de 2008

Repertorio de A las 5 en el Astoria

Gracias a los40.com podéis leer una opinión y redacción sobre cada una de las canciones del nuevo disco A las Cinco en el Astoria.

Recordad, queda menos de una semana para que se ponga a la venta!!!

Comencemos por su primer single, El último vals. ("Siempre serás bienvenido a este lugar, a mi lista de obsesiones, de nombres a olvidar. Cómo recordarte sin mirar atrás. Yo nunca olvidaré el último vals"). Es una canción sobre la que planea la película homónima de Martin Scorsese, que acepta lecturas diversas y que comienza con un riff de guitarra que marca el lado pop enérgico, para desembocar en un estribillo contundente sello de la casa y apuntes de sintetizador y el piano como sostén del tema. Es la presentación de Leire Martínez como la nueva voz de La Oreja de Van Gogh, que a lo largo del álbum se desdobla constantemente en coros y segundas voces.

Es una de las características de A las cinco en el Astoria, que se mantiene en Inmortal: ("Después de ti entendí que el tiempo no hace amigos. Qué corto fue el amor, qué largo el olvido"), una canción que se abre con guitarras acústicas y eléctricas, para romper el ritmo y desembocar en un final con cierto aire vintage, pop fresco y rítmico, casi high-school con "sha-la-la" incluido.

Jueves: ("Si fuera más guapa y un poco más lista, si fuera especial, si fuera de revista, tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte quién eres. Te sientas enfrente y ni te imaginas que llevo por ti mi falda más bonita") es la primera balada del álbum, una canción que se sostiene sólo con piano y teclados y la voz de Leire casi desnuda, sin la ayuda de guitarras, bajos ni baterías. Intimidad, sencillez y emoción que dan paso a Más: ("Dicen que una herida que te ha rozado el alma se cura en el espejo si aguantas su mirada, y no consigo escapar") para recuperar el recuerdo al pop de los 80 con dureza en el estribillo, un buen trabajo de las guitarras y los teclados y Leire dando el contrapunto en los coros.

Cumplir un año menos: ("Las noticias contarían que las balas regresaron a esas armas que apuntaron a matar. Volverían a la vida las voces que disentían, y con ellas algo más de libertad") es una canción de ausencias, un grito antiviolencia con aire de himno a medio tiempo.

Europa VII: ("La vida más pequeña vale mil veces más que la nación más grande que se invente jamás") es un canto humanista casi de ciencia ficción, lanzado a través de un beat disco que se mezcla con guitarras acústicas y teclados, para derivar después a un ritmo más pesado con secuencias y voces y efectos espaciales, que se mezclan con el comienzo de La visita: ("Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente. Me ha dicho coge mi mano fuerte y sígueme"). Un tema de tiempo dinámico, pop puro con sintetizadores y con un interesante desarrollo en la melodía, que termina con unos acordes de piano que evocan el Let It Be de los Beatles. No será el único recuerdo del álbum al cuarteto de Liverpool.

Sola: ("Dormiré entre diamantes para desayunar, siempre sola, tan sola que el silencio es ahora un buen amante para escuchar"), con referencias cinematográficas, recupera el beat disco con efectos en la voz de Leire para transformarse después en pop por derecho. Es una mezcla que recorre el tema con guitarras eléctricas sencillas y efectivas con sonidos que nos trasladan a los 50 y continuos cambios de ambiente. Palabras para Paula: ("Es pronto para comprender que pueda mirarte y verme a la vez, que escuches hoy mi voz que tanto te cantó los meses que tú fuiste yo") es una canción esperanzadora que oscila entre la balada y el medio tiempo con buenas guitarras y teclados, mientras Flores en la orilla: ("Te esperé mil noches después y me llevé mil besos del sol. Te dejé una flor cada vez antes de irme a casa") es el único tema con aires latinos, fronterizos y sonoridades de guitarras españolas que se fusionan con nuevos recuerdos al pop de los 80.

En la recta final del álbum, Un cuento sobre el agua: ("Quisiera ser la lluvia que empapó tus ojos negros pidiéndome un beso. Quisiera ser el viento que sopló dejando tan gracioso cabello, parando el tiempo en mi corazón") es una de las canciones más originales del repertorio de La Oreja de Van Gogh, con un ritmo de marcha y la voz de Leire de protagonista casi absoluta. Un tema diferente que precede a La primera versión: ("La primera versión de tus ojos mirando la perdí por temor a seguirte mirando. La primera versión de tu mano y mi mano se la di a un escultor para hacerte un regalo y se la quedó") que cierra el disco y se mueve a ritmo de vals rápido con elaborados arreglos de teclados, la voz de Leire más negra del álbum y un recuerdo final guitarrero al Norwegian Wood de los Beatles.

Los que se descarguen el disco digitalmente a través de iTunes tendrán como regalo una canción extra (Pequeños momentos), un ejercicio de pop electrónico con inspiración a los 80 y ambiente dance. Es la guinda de un álbum variado, sólido, maduro y que vuela por encima de las comparaciones. Es lo nuevo de La Oreja de Van Gogh.

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